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Ignacio García Magarzo: «la cadena agroalimentaria está haciendo un gran esfuerzo»

prensa /     crisis energética, distribución alimentaria, retail alimentario, supermercados,


La revista Dulces Noticias publicó una amplia entrevista con el director general de ASEDAS, Ignacio García Magarzo, en la que se hace un repaso sobre la situación de las empresas de distribución y del consumo en el marco de la actual crisis inflacionista. 

  • ¿Qué balance hacen de la evolución de las empresas asociadas a ASEDAS y del sector de la distribución alimentaria en 2022 y qué previsiones tienen para 2023?

El año 2022 comenzó con el estallido de la guerra de Ucrania en febrero y con la huelga de transporte por carretera en marzo. Ambos acontecimientos tensionaron enormemente la cadena de suministro agroalimentaria y, especialmente el primero, supuso un acelerador de los problemas que ya veníamos sufriendo desde hacía meses: alza del coste de la energía y de los carburantes y escasez y alto precio de las materias primas. Si no se toman medidas para paliar estas circunstancias, que aún persisten, en el año 2023 muchas empresas de distribución sufrirán mucho para ser sostenibles y seguir sirviendo a la sociedad cómo lo hacen.

  • ¿Cuáles han sido las tendencias de mercado más importantes durante este año y cuáles cree que serán las que marcarán el rumbo del sector en 2023?

El mercado, lógicamente, se está viendo afectado por la actual situación económica definida por el alza de los precios de las materias primas. Detectamos algunos signos que nos recuerdan al comportamiento del consumidor durante la crisis económica de 2008: mayor frecuencia de compra, menor volumen y cestas más centradas en productos básicos de alimentación.

  • ¿Cómo está afectando el incremento de la inflación al sector de la distribución alimentaria? ¿Y el aumento del coste de las materias primas, la energía y el transporte?

Las empresas de la distribución alimentaria, así como el resto de la cadena alimentaria, están sufriendo los efectos de esta situación, con unos costes energéticos que, en muchos casos, han llegado a duplicarse e incluso a triplicarse. Se trata de una situación insostenible que, como señalaba antes, hace temer que, en 2023, muchas puedan entrar en pérdidas e incluso en riesgo de cierre de tiendas, según ha denunciado nuestra asociación europea, EuroCommerce.

  • ¿En qué medida ha aumentado el precio que paga el consumidor por los productos de alimentación y bebidas a causa de estos factores?

Los factores que ha descrito anteriormente –aumento del coste de las materias primas, tanto de las destinadas a alimentación humana como animal; incremento del coste energético; y precio del transporte- son los principales causantes de la situación de los precios de la alimentación. También hay que mencionar el incremento de la gran mayoría de los insumos que se necesitan para la producción agraria, como los fertilizantes y los pesticidas.

Toda la cadena agroalimentaria está sufriendo por esta situación y está haciendo un gran esfuerzo para trasladar lo menos posible el incremento real de los costes al consumidor; de hecho, el IPC alimentario comenzó a subir meses más tarde que el IPC general y nunca lo ha hecho al mismo nivel que los costes. En el caso de la distribución alimentaria, la alta competencia existente es un elemento que contribuye a la contención de los precios. Pero la situación es tan grave que necesitamos ayuda por parte de las administraciones públicas para abordar el alto coste de la energía, de las materias primas y del transporte.

  • ¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para contener los efectos de la inflación y reducir el aumento del precio de la cesta de la compra? ¿Qué papel desempeñan las promociones y descuentos en este nuevo escenario?

Las empresas de ASEDAS reaccionaron ya en el mes de mayo solicitando al Gobierno la toma de medidas urgentes para paliar los efectos de esta situación en los precios de alimentación. Lo que solicitaban es una bajada de impuestos al consumo -como el IVA de los alimentos-, una moratoria en los impuestos medioambientales -especialmente el impuesto al plástico que entrará en vigor en enero y que supone un alto coste para la cadena agroalimentaria-, un descenso del coste de la energía otorgando al sector el estatuto de gran consumidor esencial, la garantía de un transporte seguro y la consideración legal del sector como esencial, tal como ocurrió durante la pandemia.

  • ¿Están cambiando los hábitos de compra del consumidor y la composición de la cesta por el aumento de precios? ¿Qué posición ocupan actualmente los dulces y aperitivos en dicha cesta?

Una noticia positiva para el sector de los dulces y aperitivos es que, según el informe sobre Consumo Alimentación 2021 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el placer se detecta como uno de los elementos que el consumidor aprecia a la hora de diseñar su dieta y, por lo tanto, la demanda se ha mantenido alta. Otros factores que influyen son la salud, la facilidad de consumo y, por supuesto, el precio. A pesar de ello, todavía tenemos que ver cómo afecta la actual crisis al consumo de estas categorías.

  • ¿Cómo ha sido la evolución de la compra online en este contexto?

El comercio electrónico en alimentación sigue creciendo en la categoría del consumidor mixto –aquel que hace tanto la compra en tienda como en web en función de su conveniencia-, que, según el VI Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación de ASEDAS, creció 2,6 puntos porcentuales en 2021. Los productos más demandados siguen siendo los de higiene personal, droguería y alimentación envasada; la compra de alimentos frescos también crece un 7,71 por ciento respecto al año anterior, aunque sigue a la cola de las ventas online de alimentación.

  • Además de los económicos, ¿a qué otros desafíos se enfrenta el sector?

Tenemos dos desafíos importantes e inmediatos: la digitalización y la economía circular. Un estudio de McKinsey para EuroCommerce cifra en 615 billones de euros las inversiones que el comercio europeo necesita para abordar ambas transformaciones. Esto llega en un momento tan delicado económicamente como el actual, por lo que es muy importante que se creen las condiciones adecuadas para ayudarnos a afrontarlo. Básicamente, lo que las empresas de distribución piden es que se les permita alcanzar los objetivos fijados a través de las medidas que consideren más adecuadas para su modelo de negocio y que, además, no se añadan costes fiscales ni regulatorios a los gastos que deberán asumir.

  • En el terreno de la colaboración entre el sector público y privado, ¿qué medidas o actuaciones echan en falta que pudieran contribuir al fortalecimiento del sector en los próximos años?

Las medidas más urgentes son las cinco que las empresas de ASEDAS solicitaron la pasada primavera para hacer frente a la actual crisis multifactorial. Además, hay otros dos grandes problemas que afectan a la competitividad del sector. Uno de ellos es la gran presión normativa a la que las empresas se están viendo sometidas y que supone un enorme esfuerzo administrativo, económico y un laste operativo; otro es el alto coste de absentismo que se registra a causa, entre otros, de los problemas que tienen los trabajadores para recibir con rapidez tratamientos que les ayuden en su recuperación debido a la situación del sistema sanitario y a los problemas burocráticos que la agravan.