Lucha contra las fake news en alimentación a través de estudios científicos

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El acceso a la información sobre una base científica fiable es hoy más necesaria que nunca ante la proliferación de noticias falsas, las célebres fake news, que se propagan con rapidez a través de las redes sociales y de bulos y “tendencias” que no aportan una visión completa de lo que debe ser una alimentación y hábitos de vida saludables.

En España, una de las principales fuentes de información científica sobre alimentación es la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición –AECOSAN– pero, en el ámbito de la Unión Europea, la Comisión también está tomando medidas para aumentar la transparencia de los estudios científicos en el ámbito de la seguridad alimentaria.

La Comisión establecerá unos cambios en el Reglamento sobre la Legislación Alimentaria General que intentarán:

  • Garantizar una mayor transparencia, permitiendo a los ciudadanos un acceso inmediato y automático a toda la información relacionada con la seguridad presentada por la industria en el proceso de determinación del riesgo;
  • Crear un registro europeo común de los estudios encargados, para garantizar que las empresas que solicitan una autorización presenten toda la información pertinente, y no oculten los estudios que les son desfavorables;
  • Hacer posible que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria pueda exigir estudios complementarios, a petición de la Comisión y con cargo al presupuesto de la Unión;
  • Hacer obligatoria la consulta de las partes interesadas y los ciudadanos sobre los estudios presentados por la industria en apoyo de sus solicitudes de autorización de productos;
  • Aumentar la participación de los Estados miembros en la estructura de gobernanza de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y en sus comisiones técnicas científicas;
  • Reforzar la comunicación del riesgo a los ciudadanos, con acciones comunes para aumentar la confianza de los consumidores, fomentando su sensibilización y su comprensión y explicando mejor los dictámenes científicos que emite la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, así como el fundamento de las decisiones de determinación del riesgo.

Este último aspecto es, sin duda, una de las grandes demandas de una ciudadanía cada vez más preocupada por mantener una alimentación saludable.