La última milla es el gran quebradero de cabeza en el comercio electrónico

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Los consumidores que utilizan la compra online de alimentación comienzan a considerar el impacto medio ambiental que ésta puede tener. Según releva el VI Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación 2022 realizado por ASEDAS junto con las Universidades Complutense y Autónoma de Madrid, la toma de conciencia medioambiental es uno de los ítems que más crece respecto a los datos del año 2022.

Los encuestados que piensan que la compra online genera más residuos y contaminación han crecido en un 14 por ciento respecto a 2021. A pesar de ello, el porcentaje de usuarios que está bastante de acuerdo con esta afirmación y del que está poco de acuerdo es muy similar, el 39 y el 37 por ciento, respectivamente.

La otra preocupación de los usuarios se refiere a un posible incremento de los problemas de tráfico. Un 41 por ciento más que en 2021 piensa que el comercio electrónico tiene una influencia en este sentido; aunque, en este caso, el 23 por ciento está bastante de acuerdo frente al 46% que está poco de acuerdo con esta afirmación.

Junto con estos resultados, el crecimiento del “click & collect” o compra online con recogida en tienda ha crecido casi un 300 por ciento, aunque es preciso tener en cuenta que esta práctica apenas alcanza el 11 por ciento del total de entregas. Los autores del estudio, los profesores María Puelles y Gonzalo Moreno piensan que podría considerarse, en todo caso, un efecto de la toma de conciencia medio ambiental que parece aflorar. Lo que es cierto es que comerciantes y compañías logísticas sí trabajan desde hace tiempo en limitar los efectos sobre el tráfico y el embalaje en sus entregas. La última milla sigue siendo es un gran reto logístico y medioambiental.

Así, una de las conclusiones más claras del encuentro organizado por la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) y el Foro de Logística, titulado ‘Tendencias en logística urbana’, celebrado recientemente, es que existe “una clara necesidad de colaborar entre todos los agentes para dar coherencia y orden a la actividad logística urbana, acompañado por una regulación adaptada a la situación actual”.

Y el gran reto es transformar el modelo de gestión actual, buscando el equilibrio entre competitividad y la sostenibilidad de las organizaciones, que buscan un ecosistema logístico definido por la triple sostenibilidad social, económica y ambiental. En este sentido, se ha destacado la importancia de la proximidad al consumidor a través de los puntos de recogida con una capilaridad necesaria ya sea, como puede ser el caso de la distribución alimentaria a través de una red de tiendas físicas, o de otro sistema de recogida.