La compra diaria será una rutina para los futuros séniors

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Como es bien sabido, las proyecciones de la ONU y de la OCDE, apuntan a que España será, junto con Japón, el país más envejecido del mundo en el año 2050. Los mayores de 65 años se convertirán en las próximas décadas en el público más importante para la adquisición de productos de gran consumo. Según algunas predicciones, ya en 2030 podrían generar 4 de cada 10 euros del mercado.

Esta evolución demográfica es un factor determinante para el consumo, variando los hábitos y las preferencias que han predominado hasta ahora. Además, se trata de un segmento de población sin cargas familiares ni hipotecarias que, por lo tanto, tendrá un mayor poder adquisitivo. Algo, sin duda, a tener muy en cuenta.

Los séniors de los próximos años, como ya observamos en los de hoy en día, tendrán un estilo de vida activo y saludable. Por lo tanto, muestran una gran preocupación por la alimentación, con un gran peso de los productos frescos, de opciones bajas en sal, azúcar, grasas, y de productos dietéticos adaptados a sus necesidades, como complementos vitamínicos. El tamaño de las raciones también disminuye, por lo tanto, los envases individuales o de menor tamaño van a ser importantes para atender a sus necesidades.

Otra característica de este grupo demográfico es la disposición de tiempo libre. Esto significa que se recupera el acto de compra como una rutina diaria que se hace con calma y que, en muchos casos, se convierte en un acto social. Por lo tanto, estamos ante una mayor frecuencia de compra con cestas más pequeñas. También nos encontramos ante un escenario de mayor demanda de servicios: entrega a domicilio, comida preparada, ayuda en tienda, etc.

El supermercado, que ya se adapta con pasillos más anchos y estanterías más cómodas, está preparado para este perfil de consumidor que encuentra en las tiendas de proximidad la opción más accesible.