ASEDAS ha estado presente en el acto de adhesión al Pacto por una Economía Circular impulsado por los Ministerios de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y de Economía, Industria y Competitividad. A través de este pacto, los principales sectores productivos y agentes sociales se comprometen a poner en práctica un decálogo de actuaciones con el fin de avanzar desde los diferentes ámbitos en la transición hacia una economía circular.

En este marco, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados está participando en los grupos de trabajo que tienen como objetivo la elaboración de las bases para la futura Estrategia Española de Economía Circular (EEEC). Para ASEDAS, la economía circular implica a todos y, en este caso, es muy importante trabajar en equipo: sector primario, fabricantes, distribución y consumidores y hacerlo en los diferentes aspectos que pueden afectar a la economía circular.

Para avanzar en el concepto de economía circular, el primer paso es que las administraciones fijen objetivos claros y que, a partir de él, las diferentes empresas y modelos de negocio busquen los procedimientos que mejor se ajustan a sus casos particulares, que, en el caso de la distribución, puede ser diferente en el caso de una multinacional, de una compañía con puntos de venta grandes o de otra con puntos de venta en municipios pequeños.

La distribución alimentaria y de productos de gran consumo está estrechamente relacionada con otros sectores para los que es relativamente más fácil pensar en términos de economía circular. Tenemos abundantes ejemplos en la cadena de suministro que atestiguan que tanto productores como distribuidores están redirigiendo sus esfuerzos a este tipo de modelos: desde el uso de restos de cosechas en el sector primario para obtener energía; hasta el uso de envases reutilizables en procesos B2B en la logística de la distribución;  pasando por investigar en nuevos procesos para obtener objetos de consumo de materiales que hasta ahora no se consideraban aptos para su reciclado.

Principalmente, y en primer lugar, hay que ser consciente de que estas estrategias existen y funcionan bien y debemos facilitar el que otras compañías puedan conocerlas y adoptarlas si así lo aconseja su modelo de negocio. Además hay que ser conscientes de que una economía circular no se puede conseguir sin una implicación profunda de todos los actores: tenemos que aprender unos de otros y facilitar la adopción de nuevas estrategias y soluciones desde la administración, evitando encorsetar a los sectores en soluciones poco probadas o inmaduras que podrían diluir los esfuerzos que ya se están realizando desde hace años.