Una nueva forma de trabajar por nuestra cadena agroalimentaria en Europa

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Durante la primera semana de Noviembre, diversos representantes de las organizaciones agrarias COAG, ASAJA y UPA, de las Cooperativas Agroalimentarias y de ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados), hemos trasladado de forma conjunta a nuestros representantes en el Parlamento Europeo un documento con las 10 prioridades de la cadena agroalimentaria de nuestro país en el ámbito comunitario.

Durante la primera semana de Noviembre, diversos representantes de las organizaciones agrarias COAG, ASAJA y UPA, de las Cooperativas Agroalimentarias y de ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados), hemos trasladado de forma conjunta a nuestros representantes en el Parlamento Europeo un documento con las 10 prioridades de la cadena agroalimentaria de nuestro país en el ámbito comunitario. Este hecho sin precedentes es fruto del trabajo que venimos realizando desde primeros de año, sobre la base de una reflexión compartida acerca de la necesidad mejorar la defensa de los intereses del conjunto de la cadena agroalimentaria española en Europa.

El documento pretende ser un primer paso de cara a establecer una “estrategia país” que sitúe al sector agroalimentario español en el nivel que le corresponde en la toma de decisiones en Europa. Los asuntos más estratégicos para la cadena agroalimentaria, como son las políticas agrarias y alimentarias, dependen casi exclusivamente de normativas europeas y de decisiones que allí se toman. Detrás de estas decisiones hay mucho dinero –que acaban pagando los consumidores- muchas decisiones de inversión y muchos puestos de trabajo en juego. Por ello es importante incrementar la interlocución con los políticos españoles en Bruselas y mantener un diálogo fluido y constante que permita compartir información y trabajar de forma coordinada por los intereses generales de nuestro sector.

Sólo tomándonos en serio Europa y aunando esfuerzos, evitaremos situaciones de agravio para nuestro país como las que desgraciadamente hemos sufrido en los últimos años. La pérdida de 200 millones de euros por las desafortunadas declaraciones de las autoridades alemanas acerca del origen de la bacteria e-coli injustamente asociada a las hortalizas españolas o los últimos cambios normativos sobre los gases que usan los equipos de refrigeración de las empresas de distribución alimentaria son temas que están en la agenda europea y que tienen un enorme impacto sobre el sector (sólo los socios de ASEDAS tendrán un coste estimado de 1.000 millones de euros para la adaptación de los equipos de refrigeración a la nueva normativa).

Tenemos nuevo Parlamento y nueva Comisión. Son muchos los temas que habrá que trabajar en profundidad durante la legislatura que acaba de comenzar. Entre ellos, los relacionados con la Política Agraria Común (simplificación o reforma de la ya anunciada por el nuevo Comisario), los acuerdos comerciales con países terceros, la construcción de verdaderas cadenas de valor compartido, los objetivos de reducción de emisiones, contaminación y residuos para los próximos años, la recuperación del consumo interno, las constantes modificaciones de las normativas de seguridad alimentaria y calidad, la consecución de un verdadero mercado único en Europa y el desarrollo y orientación de las políticas de I+D+i en el sector agroalimentario.

Además, de forma general, debemos empezar a trabajar para que en Europa se empiece a considerar la cadena agroalimentaria en su totalidad, de forma que contribuya a destacar la importancia que el sector agroalimentario tiene sobre el conjunto de la economía europea (en nuestro país representa el 8,4% del PIB y es el segundo sector en importancia tras el turismo) de cara a futuros debates presupuestarios previstos para 2017 donde otros países querrán arrancar parte de los fondos. Debemos pasar de hablar de agricultura a hablar de alimentación. De igual forma, debemos trabajar de forma coordinada por frenar los intentos de otros Estados miembro para subir el IVA de los alimentos. Los efectos de las últimas subidas del IVA de los alimentos en España sobre el consumo han sido absolutamente negativos para el conjunto del sector.

La Administración y el sector privado debemos incrementar los esfuerzos y trabajar conjuntamente por los intereses comunes de la cadena agroalimentaria en Europa, estableciendo una nueva forma de trabajo más eficiente, al nivel de la que despliegan en Bruselas y Estrasburgo otros Estados miembro como Holanda, Dinamarca o Reino Unido. Es el momento de ponerse manos a la obra, de dejar de lado las discrepancias nacionales, de buscar alianzas en el arco Mediterráneo sobre posicionamientos estratégicos y, en definitiva, dar un giro a nuestra forma de trabajar en Europa los temas que más afectan a nuestro sector agroalimentario.

Ignacio García Magarzo

Director General de ASEDAS