El momento clave de la distribución y el gran consumo

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Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados)

Hace dos años, desde ASEDAS dimos un mensaje de confianza en el futuro que hoy, en 2014, queremos renovar. Pero también debemos llamar la atención sobre la enorme importancia del momento que estamos viviendo, en el que nos estamos jugando la recuperación. Por ello, debemos actuar con urgencia y de forma contundente para que ésta empiece ya, con medidas concretas y palpables que la estimulen.

Afortunadamente, ya tenemos signos claros de que las macromagnitudes de la economía española están mejorando, pero ¿cómo le va a la distribución alimentaria? Nuestro sector es un termómetro esencial del consumo y permite anticipar lo que va a pasar. Pues bien, en estos momentos, el consumo alimentario presenta signos de estancamiento y eso es, en nuestra opinión, muy peligroso, no solo para nuestras empresas, sino para la economía española en general.

El Índice de Comercio Minorista del INE, los indicadores propios del sector como Nielsen, la encuesta de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura dicen, en esencia, lo mismo: el impacto de la subida del IVA sobre el consumo de alimentos fue brutal desde septiembre de 2012 hasta mediados de 2013; a partir de mediados de 2013, por el efecto calendario, se produjo un crecimiento que culminó en una Navidad en la que se creció muy moderadamente… pero desde inicios de 2014, el consumo muestra signos evidentes de no estar creciendo.

Por tanto, la prioridad ahora para todos debe ser recuperar el consumo interior y, en nuestro caso, el consumo alimentario. Para ello, debemos poner el foco en tres objetivos fundamentales: devolver capacidad adquisitiva a los consumidores bajando los impuestos -y debe hacerse ya, sin esperar a 2015, al menos para los que tengan menos-, reducir los costes que soportan las empresas y recuperar la confianza.

Medidas similares se han adoptado ya en otros países como Italia, para luchar contra el efecto ‘final de mes’, o Francia, donde se ha anunciado un ahorro en la fiscalidad de las familias con recursos más modestos por valor de 5.000 millones de euros de aquí a 2017. Por el contrario, en nuestro caso, tenemos otra amenaza en ciernes: una subida del 11% para el IVA de los alimentos, según aconseja el informe Lagares. Si el Gobierno sigue esta recomendación provocará una nueva recesión en el consumo, todavía peor que el estancamiento.

Para devolver la confianza al consumidor y, sobre todo, crear empleo, debemos seguir ayudando a las empresas a ser más eficientes. Por ello es indispensable que puedan seguir reduciendo sus costes sin destruir empleo y entre las necesidades más urgentes están: bajar las cotizaciones sociales, reducir el gasto energético, derogar el impuesto de gases fluorados y no crear otros impuestos medioambientales injustificados.

Por último, y no por ello menos importante, debemos transmitir a la sociedad un mensaje de confianza que, en nuestro caso, es confianza en la distribución alimentaria española. Porque, en nuestra opinión, los hechos demuestran que somos uno de los sectores más competitivos y eficientes de Europa y uno de los que mejor ha sabido luchar contra la crisis, conteniendo costes, ajustando márgenes, dando al consumidor los mejores precios y, sobre todo, manteniendo el empleo. Somos un sector ejemplar en su comportamiento frente a la crisis y los consumidores tienen que saberlo.

Si se dan esas circunstancias que hemos descrito, este sector que ha mantenido el empleo en los años más duros de la crisis está en disposición de volver a crearlo y de hacerlo pronto.