Hacia la economía circular a través de la separación y el reciclado

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Los productores de frutas y hortalizas comienzan a mover ficha hacia un cambio de hábitos destinado a la migración hacia envases sostenibles que fomenten el cambio hacia una economía circular. Las opciones, de momento, son el uso de diversos tipos de materiales biodegradables, compostables o reciclables, como el cartón o la madera. Otras opciones innovadoras son, por ejemplo, el uso de restos vegetales de la cosecha o el marcado por impresión.

Todo se une a la práctica, que se lleva a cabo desde hace años, de reutilizar las cajas de plástico reciclado –pull de envases- que se utilizan para el transporte y exposición de frutas y hortalizas y que hacen el camino del campo a la tienda durante años.

Las iniciativas que se están llevando a cabo desde la producción son un ejemplo de que, para tener éxito, el objetivo de la economía circular tiene que ser compartido entre empresas, instituciones y ciudadanos. El reto de avanzar en la reducción y reciclaje de plásticos y otros materiales para devolverlos al sistema productivo y reducir el desperdicio al mínimo posible solo se alcanzará con sistemas de recuperación y reciclaje eficientes y con un ejercicio de responsabilidad por parte de todos, incluidos los ciudadanos.

Además, el objetivo medioambiental, para que tenga resultados tangibles, tiene que tener en cuenta criterios técnicos, económicos y sociales realistas. Comprobamos que las soluciones técnicas van llegando al mercado, el reto ahora es que todos los ciudadanos tengan pronto a su disposición los elementos necesarios para realizar una correcta separación y posterior reciclaje, como la esperada extensión a todo el territorio del contenedor marrón donde depositar residuos compostables.