El peligro de la desinformación en alimentación

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La alimentación es algo que afecta al día a día de todos los consumidores. Por ello, supone un caldo de cultivo idóneo para el crecimiento y la difusión de los bulos. Es también un campo especialmente peligroso por las posibles implicaciones que puede tener en materia de seguridad alimentaria y nutrición.

La desinformación sobre alimentación es especialmente peligrosa porque juega con la buena voluntad de las personas, que cree compartir noticias reales que afectarán de manera beneficiosa a la salud de sus allegados.

Los actuales medios de difusión –redes sociales, smartphones, etc.- hace que este tipo de noticias maliciosas se propaguen como la pólvora y, de hecho, se espera un crecimiento exponencial en esta práctica que, según los datos que se aportaron en el último Congreso de Seguridad Alimentaria y Calidad de AECOC, podrían incluso llegar a superar a las noticias reales en 2022.

Independientemente de los esfuerzos del periodismo serio, de la proliferación de profesionales dedicados a luchar contra esta práctica y de las propias empresas del sector, el foco debe estar en el propio consumidor. De hecho, para luchar contra esta práctica solo parece haber una fórmula: la educación del consumidor. Éste debe ser “educado” para detectar y poner freno a las famosas fake news.

Pensárselo dos veces antes de compartir una noticia y averiguar las fuentes de las que provienen es el mejor consejo… por la salud de todos.