El comercio necesita formación en tecnología… sin perder de vista el valor de las personas

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«El sector (del comercio) se enfrenta a grandes retos, que van desde la digitalización de la economía hasta la rápida evolución de las demandas de los consumidores y de los estilos de vida, pasando por la sostenibilidad global y los imperativos de seguridad alimentaria. El nuestro es un sector que depende directamente de los consumidores. Estoy seguro de que puede y se adaptará rápidamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones. Y, de hecho, las empresas sólo sobrevivirán si lo hacen«. Con estas palabras el Director General de EuroCommerce, Christian Verschueren, ha querido subrayar la importancia de que los diferentes interlocutores sociales relacionados con el comercio trabajen juntos en materia de formación y empleo para garantizar el crecimiento del sector y que los 29 millones de europeos que trabajan en el mismo estén preparados para afrontar un entorno comercial en rápida evolución.

Cabe destacar que la distribución minorista y mayorista es el mayor empleador del sector privado en cada uno de los 28 Estados miembros de la Unión Europea y, por tanto, en el conjunto de la misma. La inversión en formación es intensa y, en el futuro, debe focalizarse hacia la adopción de tecnologías basadas en datos, como la Inteligencia Artificial y el blockchain, porque el sector necesitará personas capaces de interactuar con las nuevas tecnologías y de adaptarse a los rápidos y constantes cambios en las expectativas de los consumidores.

Un ejemplo de esta evolución es el programa puesto en marcha en el marco de la formación profesional dual en Alemania que busca desarrollar un perfil de trabajo digital completamente nuevo: el «comerciante de comercio electrónico». Sin embargo, el enfoque tecnológico no debe minimizar la importancia de aprovechar al máximo la experiencia y las habilidades sociales de las personas para ofrecer a los clientes un asesoramiento y un servicio de máxima calidad. En este sentido, la evolución demográfica nos conduce hacia un comercio marcado por el concepto de servicio y de experiencia de compra en el que el contacto humano también es un valor fundamental.