ASEDAS, satisfecha con el acuerdo alcanzado en el Senado para congelar el impuesto a los gases fluorados en 2016

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Se han visto recompensados los esfuerzos que hemos venido realizando para trasladar a la Administración la necesidad de encontrar alternativas viables y eficientes para los supermercados en esta materia.

El director general de ASEDAS, Ignacio García Magarzo, se ha mostrado muy satisfecho por el acuerdo alcanzado por todos los grupos políticos en el Senado para aprobar la enmienda a los Presupuestos Generales, que permitirá congelar el impuesto a los gases fluorados en 2016.

“Hemos estado trabajando mucho para conseguir que se tengan en cuenta las demandas de la distribución alimentaria en este ámbito, ya que supone un importante impacto económico para las empresas del sector. Durante 2014, primer año de vigencia de impuesto  el impacto en las empresas de Asedas ha sido de unos 25 millones de €, y sería de unos 75 millones en 2016 y siguientes, una vez que finalice el periodo transitorio. A esto habría que añadir el coste de la reconversión y el retrofit (cambio de gas), que aún no se ha calculado, pero las nuevas instalaciones cuestan en torno a los 200.000 euros”.

“Con la aprobación de esta enmienda, se han visto recompensados los esfuerzos que hemos venido realizando para trasladar a la Administración nuestra mayor preocupación, que es la necesidad de encontrar alternativas viables y eficientes para el sector de los supermercados con el objetivo de cumplir los objetivos fijados por la UE”.

El director de Asedas cree que la congelación del impuesto el próximo año es un balón de oxígeno para las empresas del sector. Asegura que este impuesto tan elevado, no existe en otro país de la U.E. a excepción de Dinamarca (aunque en menor cuantía que en España) y aboca a las empresas españolas a tomar decisiones no suficientemente maduras o retomar soluciones que penalizan el consumo energético.

“No obstante seguimos trabajando para cumplir con la reducción de los gases fluorados, pero insistimos en la necesidad de investigar y obtener alternativas eficientes, ya que la finalidad ambiental de este impuesto sobre HFCs en España tiene sentido únicamente si existieran esas otras alternativas en el uso de la refrigeración, igual de eficientes, pero de menor impacto ambiental. La opción u opciones alternativas deberían adaptarse además a todos los formatos y para todas las instalaciones ya en funcionamiento, ya que por nuestra condición de país  cálido, determinadas soluciones sin gases fluorados son difíciles de instalar en formatos medianos y pequeños”.