El profesor José María Gay de Liébana nos ha dejado de manera injustamente temprana, con apenas 68 años. Figura imprescindible en el campo de la divulgación económica, lo que siempre nos acompañará es su análisis lúcido, conciso y claro de la actualidad financiera y empresarial de nuestro país. Esta mirada atenta y clarividente que volcó hacia los hechos económicos más relevantes de las últimas décadas, como la creación del euro, la Gran Recesión de 2008 o la reciente crisis del coronavirus, también le llevó a fijarse en aquellos sectores económicos con capacidad de innovar y de contribuir al crecimiento de la economía española.

Por ello, en el sector de la distribución alimentaria, hemos tenido el honor de contar con su análisis – original a través de sus “píldoras informativas en vídeo” o en el formato más clásico de artículos de prensa y conferencias- del impacto de los supermercados en la economía y en la sociedad. Gay de Liébana fue uno de los economistas pioneros que detectaron el peso que este sector ha adquirido en términos de empleo, innovación o aporte al PIB. Su último artículo en este sentido data, apenas, del pasado jueves, 15 de julio. Un legado que se detiene bruscamente, pero que es ya imprescindible para comprender la evolución de nuestro sector en los últimos años y para adelantar algunas de las claves que marcarán su futuro.

Varios de nuestros empresarios que le conocían bien dicen que, además de un gran economista y un gran comunicador, era una gran persona. Cercano, positivo, vital y siempre con una sonrisa en los labios, su personalidad formaba parte de su capacidad de hacer fácil la comprensión de temas en ocasiones tan áridos y complejos como son los económicos. Su sabiduría, su buen hacer y su cordialidad nos deja a todos un enorme vacío. Descanse en paz.